19 marzo 2015

Contexto y teorías de una investigación

A pocos meses para que termine el plazo para presentar tesis de doctorado según anteriores legislaciones (el R. D. 99/2011 extingue en 2016 los anteriores), es preciso presentar para su corrección el inicio contextual y teórico que suele ocupar una tercera parte del trabajo académico final en doctorado. No todas las tesis tienen los mismos plazos ni son iguales en esta partes introductorias. Desde mi experiencia reciente y para simplificar las frecuentes conversaciones sobre la cuestión expongo mi parecer sobre los capítulos iniciales en tres tipos de investigaciones doctorales en comunicación: la funcionalista, la interrelacional y la interpretativa-proyectiva. Una simplificación, claro, pero pretende ser más respetuosa que los armazones informáticos y legislativos al uso con esta tres grandes opciones investigadoras para la comunicación.

Empiezo por la tesis analítica. Para este tipo de tesis doctoral, los capítulos iniciales enfocan un campo de comunicación en el que se pretende observar y consignar el alcance y la variedad de efectos, más o menos limitados que producen unas fuentes informativas en y a través de unos concretos medios de comunicación. Coincide que la mayor parte de los estudios en esta disciplina de la comunicación son tesis explicativas, y suelen usar técnicas de content analysis, agenda setting o framing... Como cada vez recurrimos más a buscadores y aplicaciones informáticas para el proceso y para la visualización de datos y de resultados es necesario especificar la perspectiva de criterios y de categorías con que se definen y seleccionan los datos.
Las teorías funcionalistas de los comunicólogos del siglo pasado prestan cierta cobertura nocional, pero no supusieron la comunicación digital globalmente conectada ni el proceso de Big Data. Mantener autoría en la investigación implica que las referencias clásicas sean coherentes con el instrumental estadístico utilizado.



GANNT de plazos de tesis doctorales para planes en extinción (anteriores a R. D. 99/2011)

Con respecto a la parte inicial de tesis doctorales de tipo relacional se da el conocido dilema entre extensión y profundidad. Cuanto más amplio es el campo en perspectivas interrelacionales de la comunicación menos pueden profundizar estos estudios en las complejas interacciones que conectan a interlocutores, comunidades o públicos. Debe quedar claro si un estudio de recepción o de públicos investiga el alcance recibido y cuánto se interesa por la interacción desencadenada en la comunicación. Y según el foco debe integrarse en investigaciones interpersonales, retóricas y de diálogo en grupos o comunidades, o bien en trabajos sobre gatekeepers e influenciadores en información masiva con amplias respuestas públicas.
Aunque los trabajos recepcionistas no han sido los más abundantes en la disciplina de la comunicación, sí muestran el cansancio institucional y las rutinas mediáticas que pierden interés en las prácticas de movimientos sociales y en las ciudadanías contemporáneas. En el contexto digital no sirven las teorías interaccionista y conectivista formuladas el siglo pasado. Parte de la renovación teórica de los estudios de procesos y relaciones en la comunicación se ha amparado en contextos críticos y de investigación alternativa. Sin embargo adolecen de lastres ideológicos similares al pragmatismo funcionalista. Por lo que resulta urgente una mirada respetuosa y formada en el pasado, pero lo suficientemente limpia como para reconocer la peculiaridad e idiosincrasia de la interacción tecnológicamente medida en un entorno conectado por poderosas plataformas, pero en las que se manifiestan respuestas globales.

Por fin, la parte inicial de una tesis interpretativa, o que pretenda ser exploratoria, puede ser algo más larga y densa que las perspectivas investigadoras anteriores. Más motivo para que la dirección cuente con tiempo suficiente. Piensa que necesita aclarar, corregir o encaminar este trabajo intelectual, que puede ser hoy de los más urgente a pesar de no parecer importante. Como el texto introductorio y teórico entra mal en las plataformas y en los artículos académicos en sus más extendidos formatos, puede exigir más revisiones para ajustarse a las palabras y espacios autorizados por la industria universitaria.
Y es que una investigación comprensiva y proyectiva puede terminar fuera de las fronteras disciplinares de un estudio clásico de comunicación, y las más de las veces llega a otros derroteros. En la parte contextual y de diseño de este tipo de trabajo conviene explicar que aspira a dialogar con la investigación psicológica, que pretende aportar a estudios antropológico-culturales, que espera adentrarse en territorios sociológicos, etc. Cuanto más hermenéutico se proponga un proyecto más comprensible resulta que la comunicación sea transversal a distintas áreas también técnicas y científicas. Pero no hay que olvidar que se está haciendo un importante tipo de ciencia que nada tiene que ver con ese modelo universalizado de ciencia hipotético-deductiva entronizado por la modernidad.

Es inherente a un trabajo interpretativo recuperar teorías clásicas con perspectivas aún ilustrativas, pero ninguna de ellas prevé la crisis institucional del estado social del bienestar como tampoco la digitalización. Un sincretismo de fragmentos teóricos si no alcanza ser congruente y coherente no se justifica ni en nombre de la postmodernidad. Urgen revisiones y teorías de la comunicación ampliadas a lo digital. Mejor si los pasos que aportamos construyen un conocimiento colectivo con perspectiva de futuro. La universidad no se encuentra en sus mejores momentos. Y las sucesivas tormentas legislativas no le están viniendo nada bien. Así que aprovechemos estos meses que nos quedan de los antiguos doctorados para defender trabajos humanos, pero dignos.

Si has llegado hasta aquí puede que te interese lo que comentaba en Las partes de la tesis.


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