03 abril 2007

¿Y si nos enamoramos de nuestras máquinas?

Sherry Turkle, psicóloga clínica, vuelve sobre los sentimientos que puede despertar un robot o la identidad ciberdigital en Always-on/Always-on-you: The Tethered Self (pdf, 21 págs) después de Turkle, S. (1997) La vida en la pantalla. La construcción de la identidad en la era de Internet y todo lo que sigue escribiendo.

Tesista traduce algunos párrafos (Turkle Reloaded)

  • “Estamos siendo testigos de una nueva forma de sociabilidad en donde el aislamiento de nuestros cuerpos físicos no indica una falta de conectividad sino quizá su precondición. La conectividad que “importa” está determinada por nuestra distancia a la tecnología de comunicación disponible”
  • “Es muy limitado el pensar que las personas están atadas a sus dispositivos. Las personas están atadas a las gratificaciones ofrecidas por sus “selves” en línea” (vuelvo a pensar en los bloggers)
  • “La forma en la que estamos construidos por la tecnología de comunicación actual es mucho más sutil de lo que era anteriormente. Ahora se deriva de nuestra cada vez más íntima conexión con nuestros dispositivos. Ellos proveen un GPS social y psicológico, un sistema de navegación para “selves” atados” (Esto del GPS social y psicológico me encantó y es una metáfora que me parece súper potente)
Por cierto, este año publica 3 libros (Evocative Objects: Things We Think With, Objects in Mind: Falling for Science, Technology, and Design y The Inner History of Devices: Technology and Self) Este último es el que suena más interesante. Hace ya un rato de “la vida en la pantalla” y creo que retorna con ideas por demás interesantes (¿logrará posicionarse como lo logró Rheingold con sus “multitudes inteligentes?). Lo que queda claro es que ambos son “pilares” en los estudios de CMC.

Para Adolfo Estalella no cambia mucho su discurso (y otras también la consideran "histórica"), como si partiera de un respeto, casi miedoso por el posible impacto de lo tecnológico.

Es conveniente seguir atentos y calcular en la medida de lo posible las consecuencias, sin dejar que se convierta en una preocupación que ofusque.

Otro de los clásicos Steven Johnson planteó en 1997 el impacto culturla de nuestras interfaces. El libro en Amazon: culture interface

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